La Diferencia Entre “Escuela en Casa” (Homeschool) y Educar En Casa

23.02.2022

 Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba; Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios"  Deuteronomio 32:2,3

Cansados de tener que lidiar con un sistema que hace años se apartó de los postulados estrictamente académicos-científicos, para volcarse casi en exclusividad al adoctrinamiento ideológico; miles de padres en Argentina y en el resto del mundo, han decidido con valentía, retirarlos del atraso estatista que representa la educación en los niveles primarios y secundarios de enseñanza, para educarlos en el hogar.

Ante este fenómeno que representa la falta de confianza de los padres en el sistema de enseñanza, muchos estudiantes que en primera instancia se mostraron entusiasmados por el cambio de "régimen", pronto reclamaron querer volver a las aulas estatales, debido a que sus padres, resultaron ser exageradamente más estrictos que sus propios profesores. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo se puede revertir? ¿Acaso nos estamos equivocando al querer educar a nuestros hijos en nuestra casa?


Se Requiere Un Cambio En Nuestra Manera De Pensar

Es necesario que como padres, reconozcamos que hemos sido formados en un esquema educacional el cual es muy difícil romper, debido a que no somos exclusivamente nosotros, sino varias generaciones anteriores, las que recibieron el tipo de enseñanza y la manera de impartirla que hoy conocemos. El sólo hecho de retirar a nuestros hijos del colegio para educarlos en casa, ha representado un "movimiento revolucionario" que ha roto esquemas importantes en dicha formación y despertado la inquietud de nuestros mismos parientes que nos "vigilan" con desconfianza y opiniones contrarias. Que unos padres quieran educar a sus hijos en el hogar, debería ser visto como algo natural y loable, pero todos los valores Bíblicos en cuanto a la educación y la familia están siendo sutilmente socavados a tal punto, que algo que debería verse como natural, ¡es revolucionario! Definitivamente, dar dicho paso ha sido desgastante para muchos padres, y ha representado el pináculo de su capacidad de cambio. Sin embargo, quiero decirte que si te encuentras en esta categoría de pensamiento, debes dejarlo a un lado y ¡Seguir cambiando!

Si tu educas a tus niños siguiendo el esquema rígido de horarios y descansos de la escuela de donde los sacaste (esquema que sirve para entrenarlos para que en el futuro trabajen en una fábrica), si continúas con el esquema de evaluación del uno al diez, si haz decidido compartimentar los conocimientos dividiéndolos en materias (tal como lo hacían en la escuela), déjame decirte que lo que estás haciendo, no es otra cosa más, que repetir en el hogar, los errores de los cuales estamos tratando de proteger a nuestros hijos, al retirarlos de aquel sistema.

El ser humano ha sido creado para acumular conocimiento de forma tal que pueda estudiar toda su vida. Aprender es algo natural, así que pregúntale a tus hijos si están conformes con el sistema de enseñanza que haz implementado, y si no están a gusto, si estudiar les resulta pesado o penoso, pregúntate quién debe cambiar: ¿Tú o ellos?


Cambiando Hacia Un Sistema De Educación Bíblico

La enseñanza debe destilar como lluvia, en cambio, el razonamiento debe impartirse como un rocío. En otras palabras, si deseas que tus hijos crezcan como la hierba verde del campo, que si no se la controla te invade, debes entender que una lluvia torrencial que inunde el campo de agua, probablemente arrasará con mucha de la hierba o nutrientes que se encuentran en la superficie del terreno, y si llueve por varios días, es probable que la inundación no deje nada bueno en su camino. Debe llover, sí, pero no torrencialmente. La enseñanza debe destilar como la lluvia, pero no durante doscientos días de clases. En algún momento la enseñanza debe detenerse para dar paso al razonamiento de todo lo enseñado. El razonamiento debe impartirse como un rocío, es decir, como una manta de humedad que cubre toda la vegetación llevando humedad a cada rincón y hierba del campo. El rocío no es algo violento sino casi imperceptible. El rocío cae lenta y persistentemente durante muchas horas. No moja como efecto del caudal de agua que lleva, sino por la constancia del mismo. Así debe penetrar el razonamiento en nuestros estudiantes.

Lo que te digo no es algo antojadizo, sino que es algo que extraje de la Biblia y que me deja entrever que la educación debe contar con estos dos elementos y debe impartirse de la manera indicada: Enseñanza y Razonamiento.

Por medio de la enseñanza impartimos conocimiento, pero por medio del razonamiento lo explicamos y le pedimos al estudiante que lo aplique de manera práctica, dándole tiempo para pensarlo y elaborar sus respuestas. La lluvia (enseñanza-conocimiento) debe caer con la abundancia que la planta (estudiante) requiere, pero el rocío (razonamiento) es impartido luego que deja de llover. No hay nada mejor para impartir razonamiento, que llenar al estudiante de acertijos y preguntas sobre el tema. Recuerde que cada estudiante es distinto y no todos pueden recibir la misma cantidad de "agua".

En otras palabras, no es lo mismo que traigas la escuela a tu casa, a que eduques a tus hijos en "la disciplina y amonestación del Señor" (Efe. 6:4).

Es verdad que la mayoría (por no decir todas) las escuelas de enseñanza que podrían ayudarnos a acreditar conocimientos para nuestros hijos educados en casa, tienen los conocimientos compartimentados en materias. Pero la fragmentación de la educación no depende de ello, sino de la perspectiva con la que la impartes, (ver artículo "La educación fragmentada"). Si tu perspectiva es Bíblica, entenderás que el fin que buscamos es devolverle a Dios un siervo bueno y fiel (Sal. 127:3; Mat. 25:21). Entonces comprenderás que es necesario trabajar no sólo en sus conocimientos, sino en su carácter. La disciplina, palabra interesante de la que deriva la palabra discípulo, debe estar a la orden del día en nuestra enseñanza, dándole la misma importancia al orden del cuarto que al tiempo y forma de estudio.


En Busca De La Felicidad

Entonces, si nuestro sistema de enseñanza estuviera basado en la Biblia, la enseñanza, el razonamiento, la disciplina y la formación del carácter para convertir a ese estudiante en una persona aprobada por Dios, deberían estar presentes, pero... ¿Qué me dices de la felicidad?

La palabra bienaventurado aparece en 40 versículos en el Antiguo Testamento y en 44 versículos en el Nuevo Testamento. Cada vez que aparece, dicha palabra está relacionada con el estado anímico del ser humano. "Bienaventurado" significa "muy feliz", lo que implica que la felicidad debe tener parte en la formación académica del joven estudiante. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová. Los insensatos la desprecian (Prov. 1:7), pero si se anhela la felicidad, la misma se encuentra en la Palabra de Dios (Sal. 1). No sé cómo lo educaron a usted, pero a mí me enseñaron que la felicidad y la responsabilidad son cosas que corren por caminos opuestos. Para alimentar a una familia no se requiere felicidad, sino responsabilidad. Sin embargo, los años me enseñaron que dicho argumento es equivocado.

Dios quiere que seamos felices, pero dicha felicidad no consiste en estudiar mucho para ganar mucho, sino en hacer la voluntad de Dios en nuestra vida (ver artículo "Cómo discernir la voluntad de Dios para nuestra vida, la solución final"). La glorificación de Dios en nuestra vida se logra cuando su voluntad es cumplida, entonces se alcanza la felicidad plena, sin importar las circunstancias que nos rodean (Juan 17:4; Heb. 12:2)

¿No deberíamos, como educadores de nuestros hijos, ayudarles a alcanzar esa voluntad de Dios para su vida? ¿No debería ser una prioridad enseñarles a huir del sistema mundano que nos rodea para que puedan conocer dicha voluntad? (Rom. 12:2).

La felicidad debe ser buscada, porque la misma se encuentra en el Dios de la Biblia (Sal. 2:12; 40:4; 65:4; 84:4,5; 94:12; 112:1; 119:1; 128:1; 146:5; Prov. 3:13; 16:4; Mat. 5:3-12; Luc. 11:28; etc.).


Conclusión

Si reducimos la educación a un conjunto de conocimientos estándar que hay que impartir para que nuestros estudiantes puedan acceder a un estudio superior, estaremos reproduciendo el modelo heredado y supuestamente rechazado por ser nocivo. Recuerda que el actual sistema de enseñanza está diseñado para que la persona califique para trabajar para otro. No está diseñado para que sea feliz e independiente, sino "responsable y dependiente". Si queremos revertir esto, debemos cambiar nosotros hacia un sistema que se ajuste a las necesidades particulares del estudiante, que sea bíblico y cuya finalidad sea la de glorificar a Dios en nuestras vidas. No está mal hacer "escuela en casa", lo que no está del todo bien, es tratar de mejorar la educación de nuestros hijos, haciendo lo mismo que en el colegio, pero más intensivo.  


También Puedes Leer...